sábado, 8 de agosto de 2015

cuento : LA UNION HACE LA FUERZA

“LA UNIÓN HACE LA FUERZA”



Había una vez un pueblo muy lindo donde había un parque grande y con muchos juegos. Allí se reunían los adultos y los niños para jugar, conversar y divertirse. Los sábados casi todos llevaban comida para almorzar allí, pero no había un lugar adecuado para sentarse a comer. Don Tomás era muy creativo y trabajador, él pensó en hacerse una mesa. Tenía un poco de madera y con ésta la hizo, pero sólo le alcanzó para ponerle dos patas. Don Tomás pensó: -lástima que tengo poca madera, porque me gustaría hacer una mesa con 4 patas para que fuera más fuerte-. Él la construyó, la llevó al parque y con cuidado puso su plato y su comida. La mesa tambaleó pero no se cayó y él pudo comer tranquilo. Luego la limpió y se fue a su casa. Los demás habitantes del pueblo se dieron cuenta de la idea de Don Tomás y cuando él se fue usaron la mesa. Como eran muchas personas y llevaban bastante comida, la mesa se movió y de un golpe se cayó y se quebró. Ellos se sintieron muy apenados y buscaron a Don Tomás para explicarle lo que había sucedido. Por suerte don Tomás no se enojó sino que tuvo una gran idea, él dijo: -juntemos madera entre todos y hagamos muchas mesas que tengan 4 patas para que resistan el peso y también hagamos bancos para sentarnos-.Si trabajamos juntos va a ser más fácil y va a haber suficientes mesas, pero eso sí, dijo Don Tomás, las mesas son para todos los vecinos y por eso todos debemos ayudar con madera para construirlas, y cuando ya estén en el parque debemos cuidar de ellas. Todo el pueblo estuvo de acuerdo, juntaron la madera y construyeron las mesas. Éstas serán muy fuertes. El día que las llevaron al parque hubo una gran celebración. De allí en adelante cualquiera que las usaba las limpiaba y si veía basura alrededor, la recogía. Algunas veces los vecinos olvidaban cumplir con su promesa de cuidarlas. Los que llegaban después a usar las mesas, se molestaban un poco al encontrarlas descuidadas, sin embargo, ellos las limpiaban para poder usarlas y las dejaban limpias para que los que llegaran más tarde se sintieran felices. Cada cierto tiempo se reunían para ver cómo marchaban los asuntos del pueblo, allí también platicaban sobre el parque y recordaban el cuidado que éste y las mesas necesitaban, muchas personas que antes habían sido descuidadas reconocían sus errores y se proponían mejorar.


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